Autor: Licdo. Jose Gregorio Diaz
Twitter: @josed156
el estrés es un fenómeno frecuente en el mundo que trae consigo graves consecuencias para la salud de la persona que lo padece, se caracteriza por un sentimiento de tensión física o emocional que produce un conjunto de alteraciones en el organismo como respuesta física ante determinados estímulos repetidos o elevados, ocasionando ansiedad, ira y depresión.
En pequeños episodios el estrés puede ser positivo ya que en ocasiones ayuda a evitar el peligro o tener lista una tarea en una fecha determinada. Pero el estrés en exceso es perjudicial para la salud.
El término estrés proviene de la
física y la arquitectura, el cual hace
referencia a la fuerza que se aplica a
un objeto, el mismo fue adaptado a la Psicología, y señala
ciertos escenarios que implican demandas fuertes para el individuo, que
pueden agotar sus recursos de afrontamiento.
El término se importó para la
psicología por parte del fisiólogo canadiense Selye (1956) y ha sido entendido:
v
como reacción
o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones emocionales,
cambios conductuales, etc.)
v
como estímulo (capaz de provocar una reacción de
estrés)
v
como interacción entre las características del
estímulo y los recursos del individuo.
Tipos de estrés
Existen diferentes tipos de
estrés, que se clasifican en función de la duración:
v
Estrés agudo: Es estimulante y excitante, pero
muy agotador. No perdura en el tiempo.
v
Estrés agudo episódico: reacción descontrolada,
muy emocional, suele estar irritable, y sentirse incapaz de organizar su vida.
v
Estrés crónico: En estado constante de alarma.
Las señales más características del estrés son:
v
Emociones: ansiedad, miedo, irritabilidad,
confusión.
v
Pensamientos: dificultad para concentrarse,
pensamientos repetitivos, excesiva autocrítica, olvidos, preocupación por el
futuro.
v
Conductas: dificultades en el habla, risa
nerviosa, trato brusco en las relaciones sociales, llanto, contracción
mandibular, aumento del consumo de tabaco, alcohol.
v
Cambios físicos: músculos contraídos, dolor de
cabeza, problemas de espalda o cuello, malestar estomacal, fatiga, infecciones,
palpitaciones y respiración agitada.
Cómo prevenir los efectos negativos del estrés
El estrés es necesario, es la fuerza que nos ayuda a avanzar en nuestra vida. La clave entonces consiste en aprovechar la fuerza que proporciona la activación psicofisiológica que surge al encontrarnos ante situaciones que demandan nuestro esfuerzo, así como saber detectar cuando este estado se repite con demasiada frecuencia y de manera inútil, poniendo en peligro el bienestar y la salud.
En ocasiones es necesario revisar la forma como se está evaluando la situación. Hay algunas personas, o momentos en nuestra vida, en que cualquier situación o asunto lo percibimos como amenazante, dejando de actuar y perpetuando el problema. En otras se vive como desafío o reto, en sí, en ocasiones derrochamos más energía de lo necesario para resolver una situación o problema. Sin embargo en estas ocasiones, los esfuerzos se deben encaminar a amortiguar o cambiar el estado emocional o el malestar fisiológico, mediante la ejecución de actividades placenteras, como pasear o hacer deporte, mantener relaciones gratificantes o aprender y poner en práctica ejercicios de relajación.
Estrés y salud.
Las relaciones existentes entre el estrés y la salud se vienen desarrollando desde hace mucho tiempo, por considerar que son investigaciones necesarias y fructíferas, no obstante hoy en día se puede afirmar que el estrés, en general, es el principal factor causante de trastornos psicológicos, presente en la mayoría de las psicopatologías, y uno de los principales factores causales o de riesgo de las alteraciones orgánicas.
El estrés afecta de una manera directa la salud, facilitando la aparición de determinadas enfermedades o acelerando el progreso de una enfermedad ya crónica, o de forma indirecta, bien estimulando la realización de conductas nocivas o reduciendo la probabilidad de que aparezcan conductas saludables.
Muchos estudios han demostrado que el estrés reduce la competencia inmunológica del organismo. Puede reducir la resistencia a las enfermedades, las personas sometidas a altos niveles de estrés sufren un mayor número de enfermedades infecciosas de todo tipo.
Ya es clásica la relación existente entre el estrés y los trastornos gastrointestinales, así como su influencia en problemas cardiovasculares. En los últimos años, y a partir del hallazgo de cómo influye en la competencia inmunológica, se ha concluido que afecta de forma significativa y más si se tienen en cuenta otras variables personales y sociales, a la aparición y progresión de la artritis reumatoide, las alergias, los problemas de piel y los ciertos tumores.
Previamente se les indica que deben responder a una serie de preguntas y que la puntuación media que se logra en este test es del 80-90%. Sin embargo, por más que intente los participantes, sus resultados no pueden superar 45% de la puntuación, lo que les pone automáticamente en una situación de estrés.
Antes y después de esta prueba, los voluntarios se sometieron a una serie de experimentos para evaluar su umbral del dolor respecto al calor y su capacidad para hacer frente a esta clase de dolor (aumentando gradualmente la intensidad del mismo y preguntando acerca de su tolerancia). Los 29 participantes fueron divididos en grupos, descubriendo que los hombres que experimentaron mayores niveles de estrés psicológico tenían una capacidad mucho menor de soportar el dolor, en comparación con los que presentan menores niveles de estrés. "Cuanto mayor es la percepción de estrés, la capacidad de modulación del dolor se transforma. En otras palabras, el tipo de estrés y la magnitud de su valoración determinan su interacción con el sistema del dolor”.
Un estudio dirigido por Viren Suami del Departamento de Psicología de la Universidad de Westminster (Reino Unido) y publicado en la revista 'PLoS ONE', ha revelado que el estrés modifica los gustos de los hombres respecto a las mujeres. La investigación sugiere que cuando los hombres atraviesan un periodo de estrés pueden sentirse atraídos por mujeres con algunos kilos de más. Concretamente, las preferencias masculinas en torno a la belleza física se modifican ante determinadas inquietudes, donde juegan un rol importante las amenazas del entorno, como las situaciones de estrés psicológico, físico, económico y social. Para llegar a esta conclusión, los investigadores contaron con la participación de dos grupos de hombres, el primero NO estaba estresado y el segundo tenía altos niveles de estrés. A ambos grupos se les pidió que vieran los cuerpos de varias mujeres que oscilaban entre el infrapeso y la obesidad, según los índices de Masa Corporal de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los resultados revelaron que los participantes estresados antes de la prueba prefieren a las mujeres con cuerpos significativamente pesados, en comparación con el grupo de los no estresados.
Los científicos creen que, dado que una función primordial del tejido adiposo es almacenar calorías, la grasa corporal es percibida como un indicador clave de la disponibilidad de comida. Asimismo, en instancias de incertidumbre en torno a la disponibilidad de recursos. En el mismo orden de idea se afirma que el estrés aumenta significativamente la intensidad del dolor.
Alimentos que combate el estrés
la nutricionista Laura Saavedra Casanova del centro médico Psico Salud (España) señala que los alimentos que se presentan a continuación combate el estrés.
Menos café y más leche: Los lácteos son ricos en triptófano, un aminoácido que favorece a la producción de serotonina, la hormona de la tranquilidad. Lo mejor es tomar la leche sin añadirle azúcar, recomienda la experta.
Más verduras: Sobre todo las verduras de hoja verde, como las espinacas o las acelgas, ya que son ricas en vitamina B 12, beneficiosa para el sistema nervioso. Cabe recordar que esta vitamina regula los ciclos de sueño a través de una sustancia llamada melatonina.
Chocolate pero sin azúcar: El chocolate promueve la liberación de endorfinas que favorecen la relajación del sistema nervioso. Eso sí, "lo mejor es escoger el que tenga un porcentaje de cacao por encima del 70% y que el primer ingrediente que aparezca en la etiqueta no sea el azúcar", explica Saavedra.
Más pescado, menos carne: Muchos expertos en nutrición recomiendan consumir pescados por lo menos una vez a la semana, sobre todo si se trata de pescado azul, como sardinas o salmón, que son ricos en omega 3, un nutriente que disminuye los estados de nerviosismo y mejora la salud cardiovascular.
Plátano y frutos secos: Según la especialista, el potasio del plátano y el magnesio que poseen los frutos secos favorecen a la relajación del sistema nervioso, lo que evita estados de estrés. En ese sentido, recomienda comerlos a media mañana en la oficina.
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