El ejercicio físico ha demostrado
ser un tratamiento eficaz para mejorar la calidad de vida no solo en los niños
sanos, sino también en los que padecen enfermedades como la fibrosis quística o
cáncer.
Según los resultados de un
estudio reciente en niños con leucemia linfoplástica aguda, la incorporación
del ejercicio físico a la terapia mejora su condición física entre un 15 y un
20%. Lo mismo ocurre con niños con fibrosis quística, quienes ven reducida su
posibilidad de ingreso en un 10%.
Así lo han asegurado expertos de
la Asociación Española de Pediatría (AEP) durante la Mesa Redonda del Comité de
Actividad Física de la AEP, celebrada en Zaragoza, en el marco de la presentación
del proyecto norteamericano 'Exercise is Medicine', una iniciativa
internacional para potenciar la prescripción de ejercicio físico como parte de
la prevención y tratamiento de enfermedades que cuenta con la colaboración del
Comité de Actividad Física de la AEP como especialistas de los pacientes en
edad pediátrica.
Tal y como explica el doctor José
Antonio Casajús, miembro del Comité de Actividad Física de la AEP y coordinador
del programa en España, los beneficios que aporta el ejercicio a los niños con
fibrosis quística o cáncer son «indiscutibles. Por lo general, existe un exceso
de sobreprotección hacia estos niños. Sin embargo, las evidencias científicas
demuestran que haciendo ejercicio mejoran su calidad de vida».
Además, añade que los datos demuestran
que «incluir la actividad física dentro de las necesidades terapéuticas de
estos pacientes reduce los efectos secundarios de la medicación. Es necesario
concienciar a los profesionales que tratan diariamente con ellos para que apliquen
este nuevo enfoque».
«Es esencial que todos los profesionales
involucrados en la salud y la educación del niño sean conscientes de la
importancia del ejercicio físico como herramienta terapéutica, eficaz en la
prevención y el tratamiento de enfermedades prevalentes que provocan
morbi-mortalidad en la población. Hay que tener en cuenta que muchas
enfermedades que comienzan en el niño se complican a lo largo de la edad
adulta, como las ocasionadas por la obesidad o la mala salud ósea», agrega el
doctor Gerardo Rodríguez, coordinador del Comité de Actividad Física de la AEP.
Los pediatras advierten de que la
obesidad es una causa predominante de enfermedad crónica entre los niños
españoles, afectando a 3 de cada 10 niños menores de 5 años, «la cifra se ha
triplicado en los últimos 30 años y el sedentarismo han contribuido
notablemente a su incremento», destaca el doctor Rodríguez.
Según datos oficiales, cerca del 12% de
los niños españoles con edades comprendidas entre los 5 y los 14 años no
realiza ejercicio físico. Una tendencia que no solo afecta a la infancia, sino
que continúa al alza en la vida adulta llegando a superar el 45% de personas
sedentarias entre los 15 y los 24 años de edad.
Con el fin de prevenir y mejorar
la calidad de vida en la infancia, el Comité de Actividad Física ha
desarrollado una serie de pautas dirigidas a pediatras, educadores de actividad
física e investigadores del campo, enfocadas a afianzar la realización de
actividad física como pilar fundamental en la prevención y tratamiento de
enfermedades.
Entre los consejos generales del Comité
para niños sanos se encuentra la realización diaria de una hora de actividad
aeróbica con intensidad moderada o alta, y varios ejercicios de fuerza de forma
semanal, entre otros. «Existe gran evidencia científica de los beneficios de la
actividad física para la salud. Con la incorporación de ejercicio físico en la
rutina diaria, un niño mejora su condición física, así como su salud ósea, el
riesgo de obesidad, el rendimiento escolar o el estado anímico. Además, también
reduce el riesgo de enfermar por cualquier causa en edades más avanzadas»,
concluye el doctor Rodríguez.
0 comentarios:
Publicar un comentario