Las amistades masculinas podría tener efectos saludables similares a los observados en las relaciones románticas, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de California, Berkeley, en ratones macho.
Los estudios en humanos muestran que las interacciones sociales aumentan el nivel de la hormona oxitocina en el cerebro, y que la esta ayuda a las personas a socializar más, aumentando su capacidad de resistencia frente a la tensión y conduce a una vida más largas y saludables. Los estudios en pares de ratones macho-hembra y otros roedores confirman estos hallazgos.
Esta investigación analizó ratas macho de una misma jaula y demostró que el estrés leve puede hacer que estos animales sean más sociables y cooperativos de lo que son en un ambiente sin estrés. Después de un estrés leve, las ratas mostraron un aumento de los niveles cerebrales de oxitocina.
"Un bromance (amistad entre hombres) puede ser una buena cosa", dijo Elizabeth Kirby, autora principal del estudio será publicado en la revista Neuropsychopharmacology.
"Tener amigos no es anti-masculino. Estos ratones usan sus amistades para recuperarse de lo que sería una experiencia negativa. Si los ratones pueden hacerlo, los hombres pueden hacerlo también", añadió.
Los machos colaborativos
Las ratones macho alojadas juntas, explica Kirby, son agresivos entre ellos y luchan por el agua y los alimentos, pero después de un estrés leve tendían a cooperar más, a pesar de la jerarquía de dominación que se establece entre estos animales.
"Los compañeros de jaula que tenían el factor de estrés leve no muestran este comportamiento (agresivo) en absoluto. Después de quitar el agua y traerla de nuevo, lo compartían de manera igualitaria y sin ningún tipo de agresión", indicó Kirby.
Los investigadores encontraron que esto fue acompañado por un aumento de los niveles de oxitocina hipotalámicas.
Por otra parte, un factor de estrés severo en este caso, la exposición al olor de la orina de zorro mientras estaban en la jaula
tuvo el efecto opuesto, detallaron los investigadores.
Estos y otros experimentos, señala la experta, demuestran que el estrés deben verse menos como un ensayo de sobrevivir y más como un estímulo para una mayor vinculación social, que tiene un beneficio a largo plazo para la salud mental.
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