miércoles, 9 de mayo de 2018

etapas evolutivas del deporte infantil

Es importante estimular el deporte infantil para evitar la obesidad entre niños y adolescentes, y ofrecer actividades adecuadas para cada fase del desarrollo


Los niños ya no juegan más en las calles. El estilo de vida de las ciudades exige cada vez más que los niños vivan una rutina adulta: estudiando en salas cerradas y asistiendo a vídeos y juegos virtuales. La consecuencia es el exceso de peso. De acuerdo con Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad infantil es uno de los problemas más graves del siglo XXI, y afecta a todo el mundo, sobre todo a los niños que viven en las ciudades.
De acuerdo con OMS, la causa fundamental de la obesidad infantil es el desequilibrio entre la ingesta calórica y el gasto calórico. La inclinación a disminuir la actividad física en las prácticas recreativas, la creciente urbanización y la falta de espacios públicos seguros para los niños son algunas de las causas para el sedentarismo infantil.
La educación física para niños, importante estímulo
Las escuelas deben proporcionar una actividad física adecuada para cada grupo de edad y respetar el desarrollo específico de cada etapa. Así también las escuelas que se especializan en la formación deportiva como son las escuelas de fútbol, por ejemplo, deben tener claras cuales son las necesidades de aprendizaje para cada edad.
Varios expertos del área de deporte coinciden en destacar fases sensibles para el aprendizaje del deporte infantil. Respeto a las fases de desarrollo motriz permite un proceso de crecimiento favorable al equilibrio físico de los niños y jóvenes, respetando el rendimiento y evitando fatiga y lesiones deportivas.
De acuerdo con los doctores Casasnovas y Zurbo de Mirotti, miembros del Comité de Medicina del Deporte Infanto-Juvenil, de la Sociedad Argentina de Pediatría, en el artículo “Esquema General de las Etapas de Inicio, Desarrollo e Intensificación sobre las Fases Sensibles”, se puede considerar el siguiente esquema:
De los 4 a los 7 años: el objetivo debe ser la actividad motora a través del desarrollo de habilidades como la coordinación, el equilibrio y la velocidad. También es importante explorar el conocimiento sobre el cuerpo y la orientación espacial. Hay muchas actividades y juegos que se pueden usar para explorar esta fase.
Entre 8 y 9 años: es posible comenzar una actividad predeportiva desde pequeños deportes que permitan desarrollar las aptitudes motrices y funcionales. Un ejemplo es la práctica de atletismo que permite mejorar el salto, el lanzamiento y la carrera. Pero, estas acciones no deben tener finalidad competitiva.
Entre 10 y 12 años: la habilidad general y motora ya adquirida permite la iniciación en actividades más específicas que estimulen la flexibilidad, la fuerza y la resistencia. En esta fase se pueden incorporar técnicas y gestos propios de cada deporte.
De los 13 a los 15 años: en esta fase acontece la pubertad. En esta etapa adolescente, se puede comenzar el deporte con todas sus reglas y sesiones de entrenamiento, respetando los momentos evolutivos propios de cada adolescente en particular. Los deportes pueden ser de equipo o individuales, y se debe controlar los aspectos de rendimiento para evitar el cansancio y la tensión emotiva y psíquica.
A partir de los 16 años: el adolescente está listo para la competición. Sin embargo, deportes que exigen mucho peso como el fisiculturismo deben esperar que se complete el desarrollo morfofuncional del adolescente.

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